Gran Canaria no se concibe sin la estampa clásica de sus embarcaciones desafiando al mar o la de los pescadores afanados en sus quehaceres, una vez que llegan a tierra, en núcleos pesqueros como los de Agaete, San Cristóbal, Taliarte, Castillo del Romeral, Arguineguín o Mogán.
La supervivencia del sector se debe, en gran medida, a la labor de asociaciones, cofradías y cooperativas de pescadores, que aseguran la asistencia técnica al sector, la interlocución con la administración, la seguridad y calidad de los productos de la pesca, así como la mejora de la comercialización de los productos pesqueros. Todo esto sin olvidar la importante labor social que realizan entre sus socios, prestando ayuda a los pescadores y sus familias en situaciones difíciles.
Especialmente importante es la labor realizada por las cofradías y cooperativas de Gran Canaria como lonjas pesqueras autorizadas en las que los pescadores profesionales pueden realizar la primera y obligatoria comercialización de sus capturas, mediante la emisión de la primera nota de venta («pasar la primera venta») en una lonja autorizada. Mediante la emisión de la nota de primera venta, la lonja expide la documentación acreditativa de cumplimiento con la normativa sanitaria y pesquera de las capturas. La aplicación de la primera venta en Gran Canaria ha sido un proceso largo y arduo de aceptación por parte de los pescadores, de formación y aumento de trabajo del personal administrativo de las cofradías y cooperativas. Sin embargo, once años después de la entrada en vigor de la normativa, Gran Canaria sea, posiblemente, la isla con mayor grado de cumplimiento de primera venta. Consumir pescado que haya pasado la primera venta es garantía de sostenibilidad ambiental y seguridad alimentaria.
Aunque la pertenencia a una cofradía o cooperativa no es requisito obligatorio para el ejercicio de la pesca, son mayoría los profesionales del mar que se encuentran asociados a este tipo de entidades por los beneficios que para el desarrollo de su actividad les reporta.
Gran Canaria, cuenta con 4 cofradías de pescadores: Agaete, Castillo del Romeral, Arguineguín y Mogán y dos cooperativas: C.P. de San Cristóbal (PESCATOBAL) y C.P. de Melenara.
Algunos datos sobre las cofradías/cooperativas de pescadores de Gran Canaria
Cofradíacooperativa |
Nº embarcaciones |
Nº Armadores |
Nº patrones |
Nºmarineros |
Sociedad cooperativa Limitada pescatobal |
16 |
14 |
16 |
43 |
Playa de Melenara cooperativa de Pescadores |
17 |
16 |
20 |
52 |
C.P. Castillo del Romeral |
24 |
21 |
24 |
27 |
C.P. Arguineguín |
35 |
32 |
30 |
Variable, media de 60 (hasta 200 en zafra de atún) |
C.P. de Playa de Mogán |
17 |
17 |
34 |
60 |
C.P. Agaete |
16 |
10 |
12 |
15 |
Direcciones de las Cofradías Cooperativas:
Sociedad Cooperativa Limitada PESCATOBAL: Explanada del refugio pesquero, s/n. Las Palmas. San Cristóbal
Playa de Melenara Cooperativa de Pescadores: Muelle de Taliarte s/n. Melenara. Telde
C.P. Castillo del Romeral: Avda de la Playa s/n. Castillo del Romeral. San Bartolomé de Tirajana
C.P. Arguineguín: Avda. del Muelle s/n. Arguineguín. Mogán
C.P. Agaete: Pº Poetas s/n Puerto de las Nieves Agaete
Las tripulaciones
Cada embarcación tiene su tripulación habitual que, en función del tamaño del barco, determinará el número mínimo de tripulantes necesarios. Las embarcaciones pequeñas, 6-9 metros, necesitan entre uno y tres tripulantes. Los barcos más grandes, con 10-12 metros dedicados a la captura de túnidos, requieren tripulaciones mínimas de seis o siete personas. No obstante, un barco grande puede ser tripulado por dos personas, dependiendo de la pericia y coordinación existente entre ellos, siempre y cuando no sea para la pesca de atún.
La pesca en las islas proporciona empleo directo a unas 1.700 personas. Se estima que cada empleo en la mar genera tres empleos en tierra, por lo que actualmente en Canarias unas 6.800 personas y sus correspondientes familias viven del mar.
Jóvenes provenientes en su mayoría de familias con tradición pesquera, están dispuestos a adquirir la falta de experiencia que las titulaciones no otorgan, a base de pasión y esfuerzo por una profesión que más allá del sustento económico, se considera una forma de vida.
«La mar hay que aprenderla desde pequeño, por imitación».